El Risco Caído fue descubierto por primera vez en el año 1996 por un grupo de arqueólogos que realizaban excavaciones en la isla de Gran Canaria, en las Islas Canarias, ubicadas al noroeste de África. Fue durante una excavación arqueológica en la Montaña de las Cuevas, donde encontraron una serie de cuevas talladas en la roca volcánica de la zona.
Estas cuevas se encuentran distribuidas en diferentes niveles dentro del risco y presentan una forma de abanico, con una entrada principal y varias secundarias. En su interior, los arqueólogos descubrieron una serie de grabados rupestres que representan figuras geométricas, animales y personas, así como un sistema de canalización del agua.
El descubrimiento del Risco Caído causó gran revuelo en el ámbito arqueológico y científico, ya que se trata de un hallazgo único en las Islas Canarias y en todo el archipiélago atlántico. Hasta la fecha, no se conocía la existencia de un lugar tan singular y con un alto valor histórico y cultural.
Desde entonces, se han llevado a cabo numerosas investigaciones en el Risco Caído para poder entender su importancia y preservar su patrimonio. Se ha determinado que este conjunto arqueológico es el resultado de la combinación de la cultura aborigen de los antiguos habitantes de la isla con la influencia de los astrónomos y agricultores del periodo de las Islas Afortunadas.
En reconocimiento a su valor histórico y cultural, el Risco Caído fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2019. Ahora es un lugar de visita obligada para aquellos que deseen conocer la riqueza arqueológica de la isla de Gran Canaria y su legado prehispánico.